domingo, 30 de mayo de 2010

"Seminario V: Centro penitenciario"



En este nuevo seminario, se nos ofreció el trabajo y visión de Silvia, una estudiante de la conjunta al igual que nosotros, quien esta a punto de terminar la doble diplomatura.

Gracias a la profesora Esher, Silvia compartió con nosotros su experiencia tras trabajar a cerca de los centros penitenciarios, concretamente el de Alhaurín de la Torre (Málaga).

La principal idea que nos trasmitió era el difícil acceso que tuvo a esta institución, pues fueron muchas las llamadas y visitas para concertar una cita con los técnicos encargados del trabajo que se realiza allí dentro. Pero no dándose por vencida, consiguió entrevistar a un trabajador social del centro, quien le informó a cerca de toda su labor, desconociendo por completo la presencia del educador social, de nuevo invisible en los ámbitos de intervención pertinentes.

Investigando más a fondo, pudo comprobar la existencia de unos diez trabajadores social, con un módulo del centro a su cargo cada uno, y catorce profesionales que ocupan el cargo de educadores sociales, pero que ninguno tiene la titulación correspondiente para ello, estando trabajando con 114 internos aproximadamente por cada educador.

A la hora de definir las competencias dentro de cada profesional, nos comentó una serie de diferencias claves. Por un lado, el trabajador social se encarga de realizar la ficha social, de tramitar gestiones y de todos aquellos aspectos con un carácter más administrativo; el educador social, por su parte, realiza entrevistas para realizar el diagnóstico adecuado para destinar a cada persona al módulo preciso, marca el itinerario a seguir y realiza un contacto más directo con el interno, siempre por medio de instancias.

Como en muchos de los ámbitos de intervención, éstos profesionales cuentan con problemas a los que deben de hacer frente, pues como bien se nos informó, en cuanto al trabajador social existe una descompensación en cuanto a la proporción de internos a los que se debe de atender, también se ven muy limitados por el espacio, a veces no tienen toda la información relevante de los internos, por lo que existe cierto desconocimiento a la hora de trabajar con ellos, así como un de acuerdo a la hora de tomar algunas medidas, como por ejemplo los TBCo (Trabajo en Beneficio a la Comunidad), los cuales no lo ven adecuado porque en cierto modo no se realiza correctamente. Con respecto a los educadores sociales, también les preocupa la proporción de personas a las que deben de atender, viéndose en muchas ocasiones desbordados, también afirman la desmotivación de los internos en cuanto a las actividades organizadas, pues no se cuenta con sus necesidades o la falta de trabajo con la familia y con el entorno, lo que enriquecería en gran medida las intervenciones realizadas.

Estos problemas que atañen a la figura del educador social, vienen originados en su mayoría por la escasa e inadecuada formación de los profesionales que desempeñan esta labor, pues en primer lugar, no son titulados como educadores sociales, sino que han accedido al puesto mediante oposiciones o curso, y en segundo lugar y enlazado con lo primero, no tienen las competencias precisas para realizar una intervención que atienda a los requisitos de los internos, así como el trabajo necesario con la familia del mismo y su contexto.

Pero como bien sabemos, todo viene dado por un escaso reconocimiento de la profesión, y una falta de reclamo por hacer válida nuestra futura figura de educadores sociales; habrá que empezar a hacer algo para ello, ¿no?

miércoles, 12 de mayo de 2010

"Mujeres toxicómanas embarazadas / discapacidad"




Esta semana, de nuevo, se han expuestos dos temas muy distintos, al igual que su abordaje.

Para comenzar la clase, se expuso el trabajo realizado por las compañeras que trataron el ámbito de las mujeres toxicómanas embarazadas, el cual es un colectivo muy específico, como bien señalaron.
La exposición se inició con un video muy impactante, donde quedaban reflejadas las distintas consecuencias que puede acarrear el consumo de drogas, tales como el bajo peso del bebé, problemas en su desarrollo como malformaciones y baja estatura, daños cerebrales, y lo que nos llamó más la atención, el síndrome de abstinencia, entre otros.

El motivo de la intervención con estas mujeres es que se atenta contra dos vidas, la de ella y la de su futuro hijo, al cual no se la he preguntado si quiere consumir o no diferentes sustancias nocivas para él. Estas adicciones, reflejadas en un amplio abanico (alcohol, cocaína, marihuana, heroína, etc.) constituyen el principal factor de riesgo para madre e hijo, haciendo que ésta, si su adicción es muy grave, de desentienda totalmente del hijo que espera pues no toma conciencia de su estado.

Los principales problemas que reflejan las mujeres toxicómanas embarazadas son el hecho de tener un embarazado no deseado, por lo que se despreocupan más del cuidado del feto, su desatención debido a centrar toda su atención al consumo de drogas, falta de apoyo y redes sociales dada su situación, desconocimiento de quien es el padre, etc.

En cuanto a la actuación a realizar con este colectivo se encamina, ante todo, a no separar a la madre del niño, a su desintoxicación para un adecuado embarazo y post-parto, aprovechar el embarazo como camino para dejar el consumo de drogas, fomentar habilidades sociales y de cuidado, y trabajar con familias que se encuentren en la misma situación a tratar, fomentando las redes de apoyo.
Todo ello, se tiene en cuenta durante varios momentos claves de actuación:
1. En las relaciones intrauterinas: fomentar el afecto de la madre e hijo.
2. Post-parto: asesorar y formar en la buena crianza del niño, además de tener un seguimiento del caso.
Se recalcó durante la exposición que las medidas de actuación que actualmente se proponen para dicho colectivo en especial, sólo corresponde a la parte teórica, pues deja mucho que desear a la hora de ponerlas en práctica. De tal modo que, aun existiendo legislaciones que regulen dicha población (Plan Nacional sobre drogas, Plan Andaluz I y II sobre Drogas y Adicciones, y Programa “Ciudadano ante las drogas”), no se ponen en marcha las medidas precisas.
Aún así, se destacó la existencia de servicios y tratamientos para las personas con drogodependencias en general, pero ninguno específico para mujeres toxicómanas embarazadas tales como:
- Centros provinciales de drogodependencias.
- Tratamiento ambulatorio.
- Viviendas de apoyo al tratamiento.
- Centros de encuentro y acogida.
- Unidades de desintoxicación hospitalaria.
- Comunidades terapéuticas.
- Centro de día.

El trabajo del grupo también centro su atención en los recursos de salud, un aspecto muy importante a la hora de intervenir con estas mujeres. Mediante entrevistas a profesionales del Centro de desintoxicación con metadona y del Hospital de la mujer, pudimos informarnos ciertas acciones que se llevan a cabo a la hora de tratar con las mujeres que está embarazadas y presentan algún riesgo tanto para su salud como para la del bebé, sobre todo si presentan adicciones. Aunque los casos no son muy numerosos, siempre se debe informar de la situación de la mujer y del tratamiento que sigue a los profesionales del centro, generalmente trabajadores sociales, para realizar lo pertinente y estar preparados para intervenir en la custodia del niño.
Una vez más, se observa la idea de la inexistencia de la figura del educador social como tal, siendo sustituidos por otros profesionales.

A la hora de concluir, al afirmar el hecho de que no se ofrece ni información, ni ningún tipo de prevención, así como un servicio específico, al igual que el perfil del educador social en este ámbito, las compañeras crearon un servicio dirigido al asesoramiento, información y formación de aquellas mujeres toxicómanas y embarazadas que quieran tener al niño y pongan medidas que palien su situación.
CIMTE, nombre que recibe tal servicio, sería una especie de residencia o centro de acogida, donde tendría cabida los profesionales adecuados para el tratamiento con este colectivo, teniendo muy en cuenta la labor del educador social, atendiendo a las necesidades y características que se presenten.
Para su mayor aclaración, se nos ofreció un video explicativo donde se reflejaba todas las competencias de tal servicio, las prestaciones y finalidades, a modo de anuncio publicitario muy bien elaborado.







El segundo grupo a exponer, trató el tema de la discapacidad tanto física como sensorial.
Para centrarnos un poco en el tema, al igual que ya hicieron otros grupos de compañeros, trabajamos el concepto de discapacidad con una lluvia de ideas. De este modo, y junto con la aportación del grupo a exponer, se definió discapacidad como “la ausencia de capacidad para realizar determinadas actividades dentro de un margen considerado normal”.
Tras ello, se expusieron las distintas formas de discapacidad sensorial (afecta a los sentidos), la visual y auditiva, así como la física (desventaja que limita el desempeño motor) que afecta a las extremidades.

Se trataron también las legislaciones que abarcan este colectivo, ya trabajadas anteriormente con la exposición de personas con Síndrome Down.

Junto a todo esto, se hizo un breve repaso sobre la historia de la discapacidad, sus tratamientos y su concepción:
- Modelo teleológico, discapacidad como castigo divino; llevaba a la marginación y exclusión social.
- Modelo médico, discapacidad atribuida al individuo, surgen las primeras instituciones asistenciales.
- Modelo social, promoción e integración de la discapacidad, derechos de ciudadanía.

Actualmente, se realiza una intervención tanto del modelo médico, lo que sigue llevando a crear estereotipos en la sociedad, como mediante el modelo social, que palia la situación de exclusión y ofrece garantías de bienestar social.
En cuanto a estas intervención y buenas prácticas, el grupo realizó un buen trabajo al buscar asociaciones y centros tanto en el medio rural, como en el urbano en diferentes zonas de Andalucía y Badajoz, los cuales orientaban, asesoraban y formaban a los discapacitados y a sus familias, ofrecían formación a los voluntarios, promocionaban su integración en la sociedad, etc.

Al igual que otros colectivos, por no decir todos, las personas con discapacidad, como mostró el grupo, cuentan con una serie de factores de riesgo (económicos, barreras sociales y arquitectónicas, paternalismo, bajo nivel educativo) a los que deben de hacer frente, al igual que a las problemáticas sociales (aislamiento, no adaptación del contexto, falta de recursos). Todo ello trae consigo una serie de necesidades no cubiertas hasta la fecha (sensibilización y concienciación de la población, fomento de las relaciones sociales, adaptación curricular en el sistema educativo, etc.).

A la hora de intervenir, desde la figura del trabajador social, puesto que no se encontraron funciones específicas del educador social, se dieron cinco pasos a seguir:
1. Detección de la situación.
2. Diagnóstico.
3. Análisis de la situación.
4. Información a la persona y familia a cerca de los recursos disponibles.
5. Evaluación del caso y seguimiento del mismo.

Como conclusión, nos volvemos a encontrar otro ámbito de actuación donde la figura del educador social no tiene cabida, puesto que no existe un perfil determinado, y otro profesionales cumplen con sus funciones. Pero sobre todo, se recalca el hecho de fomentar la imagen positiva de estas personas, siempre pensando y fomentando sus potencialidades.

martes, 11 de mayo de 2010

"Gitanos/Autismo"

Comentario de la foto: La bandera gitana consta de dos franjas horizontales: de color azul, en la parte superior, que representa el cielo; y de color verde, en la parte inferior, que representa el campo. En el medio de las franjas se incluye la rueda de carro, que simboliza la libertad del pueblo gitano, repartido por todo el mundo. Se adopta en el Primer Congreso Gitano celebrado en Londres en 1971.


El pasado martes, pudimos disfrutar de dos exposiciones de compañeros de clase, ambas muy diferentes respecto a sus temas.

En primer lugar, se abordó el colectivo de gitanos, centrándose en la población del Polígono Sur y las diferentes asociaciones de dicha zona.

Como bien se expuso, los gitanos se consideran una minoría étnica, recalcada de heterogenea, pues al igual que otros sectores de población, aunque reúnan similitudes, muchas más son sus diferencias, por lo que al hablar de dicho colectivo no podemos caer en la generalidad.

Cierto es que han sido muchas las veces que este colectivo se ha abordado en clase, y que residimos en una zona donde dicha población forma una buena parte de la sociedad, por lo que no es nada nuevo para nosotros. Por ello, lo tratado por los compañeros remarcó nuestros conocimientos sobre el colectivo, haciendo referencia en sus valores y principios (importancia de la familia, fuerte respeto a sus mayores, importancia de la virginidad en el matrimonio, matrimonio endógamo, etc.), pero otros muchos fueron compartidos con nosotros, como la idea del “hombre o mujer de ley”, representante de un sector o grupo de personas gitanas ante cualquier otro grupo, generalmente también con integrantes gitanos.

Lo más llamativo y enriquecedor fue saber la multitud de asociaciones que en la zona del Polígono Sur existen, y que abogan por el reconocimiento de su cultura.

También llamó la atención el hecho de no dejar de afirmar la idea de que tanto los problemas que deben de hacer frente este colectivo, así como los factores de riesgo con los que cuentan, los puede tener cualquier persona, siendo el contexto en el que se encuentran el motivo de su marginación.

Pero todavía, como afirmó el grupo de trabajo, nos encontramos con investigaciones y documentación muy estigmatizada y que refuerzan los estereotipos sobre la población gitana, lo que dificulta su integración positiva en la sociedad.

Otro hecho a destacar, fue el papel del educador social, el cual, según nos contaron los compañeros, se encuentra muy establecido en el trabajo con dicho colectivo, por lo menos en las instituciones y asociaciones existentes en el Polígono Sur. Un dato que nos alegra a todos, por ver reconocido el trabajo que podremos desempeñar en un futuro y la existencia de este profesional, y no otro que “pisa” sus funciones.








Después, dimos un giro de 360º al abordar el tema del autismo en referencia a la educación.

Para centrarnos en el tema, se realizó una lluvia de ideas, y pudimos observar que tenemos una percepción no muy alejada de la realidad acerca de las personas que sufren este trastorno o patología. Así pues, y junto a la exposición del grupo de trabajo, se afirmaron las características generales de las personas autistas, tales como dificultades en la comunicación (lenguaje alterado), acciones ritualizadas y un desarrollo disarmónico, entre otras.

Al presentar una serie de características especiales y muy diferentes a la población mayoritaria, su escolarización no puede realizarse de forma homogénea al precisar una educación que atienda a sus necesidades y particularidades, pero se manifiesta también la importancia de que estén en contacto con otros alumnos que no presenten autismo para reforzar sobre todo las habilidades de comunicación y desarrollo.

El trabajo con este colectivo, en referencia con la educación, precisa de una coordinación entre la familia y los profesionales, para conseguir una intervención adecuada.

Ante todo se apuesta por un aprendizaje motivador que incite a las ganas de enseñanza; también se debe tener en cuenta no crear algún tipo de dependencia en ellos, pues sería un gran inconveniente para su evolución, así como realizar cualquier actividad que pudiera causar frustración en ellos.

De manera esquemática, nos explicaron como es un día cualquiera en un centro escolar con alumnos autistas, la distribución del espacio físico para su aprendizaje, la importancia de la organización para ellos y para los profesionales cada día, las actividades que realizan junto con otros compañeros no autistas y la “agenda”, un instrumento de seguimiento muy importante para los profesionales y su trabajo con estos alumnos.

Me desilusionó la idea de que la figura del educador social no existiera para trabajar con este colectivo, pues como nos informaron, el perfil profesional del educador social se asemeja más a un monitor y acompañante, y su puesto de trabajo suele ser ocupado por otros profesionales.

La verdad es que trabajaron un colectivo muy interesante, y que pocos de nosotros habíamos tocado, por lo que fue muy enriquecedor la aportación de este grupo de trabajo, aunque por la falta de tiempo se echo de menos la profundidad en el tema.



lunes, 10 de mayo de 2010

"Sonríe"


Quiero compartir con todos vosotros un corto que hace poco llegó a mí en manos de alguien muy especial, que al igual que yo, quiso compartirlo.

Refleja como en esta sociedad llena de prisas, de intereses, de contaminación y tristezas, siempre podemos encontrarnos a alguien que nos haga sonreir como el primer día,y olvidemos por un instante todo lo demás.

Porque nos llena de gratitud que alguien se pare a observarnos y ver en nosotros todas aquellas cosas que nos hacen especiales y maravillosos, y porque tenemos dicha necesidad. Porque en este mundo gris, nos hace falta SIEMPRE poner un toque de color.


SONRÍE.