miércoles, 2 de junio de 2010

"Infancia y enfermedad



En esta nueva clase, dedicada a las exposiciones, se nos presentó un grupo con mucha intriga, pues nadie sabría que estarían preparando. Vimos como dos compañeros de clase, Conso y Luisa, iban vestidas de azafatas y que prepararon una mesa con varios portátiles, y ponían a punto el sonido en el aula. Más tarde, vimos a Úrsula vestida con traje de chaqueta, imitando a Carlos Sobera en su mítico programa “¿Quién quiere ser millonario?”. Con su entrada, y tras la elección de cuatro concursantes, se procedió al juego en cuestión, introduciendo el tema que el grupo había trabajado sin decirnos todavía de que se trataba. El misterio estaba servido, pero poco a poco nos adentramos junto con los concursantes al ámbito de intervención tratado, las aulas hospitalarias.

Tras el éxito de los compañeros concursantes y su merecido premio, comenzaron a compartir con nosotros su trabajo.

El tema de las aulas hospitalarias ya había sido tratado en la sesión anterior, pero por un grupo del M2. Al igual que ellos, trabajaron el concepto de infancia, el cual comprende un periodo de tiempo desde el nacimiento del niño hasta aproximadamente los 12, con una serie de características que varían en función del contexto y la cultura, junto a la demanda de unas necesidades fisiológicas, emocionales, sociales, etc.

Como fue pertinente, también se aclaró el tema de salud, así como el de enfermedad, relacionándolo con el tema a tratar y con el término de infancia.

Posteriormente, nos expusieron un video muy interesante, a cerca del testimonio de una madre con una hija de cinco años, la cual padecía el “síndrome de Rett” (un trastorno en el desarrollo neurológico infantil caracterizado por una evolución normal inicial seguida por la pérdida del uso voluntario de las manos, un crecimiento retardado del cerebro y de la cabeza, dificultades para caminar, convulsiones y retraso mental; este síndrome afecta casi exclusivamente a niñas y mujeres).

Esta madre contaba su experiencia a cerca del cuidado que debe prestarle a su hija, la cual manifiesta una dependencia absoluta. Comentó que estaba encantada con el trato que le ofrecían a su hija en el ámbito escolar, calificando a los profesores como “profesionales de calidad”. En cuanto a su experiencia en el aula hospitalaria Virgen del Rocío, en Sevilla, tras los ingresos de su hija, afirma que tuvo una mala experiencia, pues los profesionales encargados de este departamento dentro del centro sanitario no tenían la experiencia necesaria ni las competencias para trabajar con los pacientes según sus necesidades educativas y cualidades específicas.

Seguidamente, se comento la historia y origen de las aulas hospitalarias (ya tratada en la entrada anterior), y la idea de un marco legal obsoleto.

En el apartado de intervención, el grupo nos expuso su experiencia en el aula hospitalaria Virgen del Rocio, en la cual no había presencia ni de trabajadores sociales ni de educadores sociales, los profesionales encargados eran maestras, las cuales mostraban cierto rechazo a la idea de que los profesionales del ámbito social se incorporen a este ámbito de intervención.

En dicha aula, se llevaba una metodología que dividía la atención y el trabajo de los menores, pues desde los tres hasta los seis años, todas las actividades eran de carácter lúdico, mientras que desde los seis hasta los dieciséis ya incorporaban algo educativo. El trabajo con el entorno familiar junto con el niño no tenía cabida.

Para finalizar, nos ofrecieron otro video, esta vez reflejando la idea que tiene una educadora social, y profesora de la universidad Pablo de Olavide, a cerca del trabajo que puede desempeñar tal profesional en el ámbito de las aulas hospitalarias. Ella remarcó la importancia de un trabajo multidisciplinar, que no se centre únicamente en el equipo de profesionales encargados, sino también que se trabaje conjuntamente con los padres, con los niños y con el profesorado del centro educativo del menor, para abordar una intervención más completa y efectiva, mirando siempre por el bienestar del niño.

Desde mi punto de vista, estoy muy de acuerdo con la opinión de esta profesional; no sólo hace falta una intervención global en las aulas hospitalarias, sino también en cualquier zona de intervención o colectivo, pues el entorno familiar es el principal agente que puede ayudarnos a la consecución de nuestros objetivos, proporcionándonos lo necesario para cambiar la situación de riesgo o malestar de la persona que lo requiera; pasando de ser la familia un factor de riesgo a uno de protección.








En la siguiente exposición, se trató el tema de las personas mayores y la marginación, el mismo ámbito de trabajo que tanto yo como mi grupo, había escogido y trabajado para la asignatura, de la mano de “Telemayor”.

Al igual que nosotros, expusieron el concepto de persona mayor y el fenómeno del creciente envejecimiento de la población (mediante datos demográficos), debido a los avances médicos y a la calidad de vida de la que disfrutan actualmente.

Junto a ello, reflejaron la evolución del envejecimiento de la población mediante un cuadro comparativo bastante bueno, pues incorporaba el paso del concepto de “anciano” al de tercera edad o persona mayor, apropiando cada término a un tipo de sociedad y sistemas de protección que se han ido dando en la nuestra historia.

Al hablar de las características de este colectivo, se remarcó la idea de que no existe una tipología específica, pero si puede realizarse una clasificación según varios factores:

1. Persona mayor dependiente: aquella que necesita de ayuda externa los que quehaceres de su vida diaria.

2. Persona mayor no dependiente: no precisa de ayuda en la mayoría de sus actividades.

3. Persona mayor activa: mantiene un envejecimiento saludable.

4. Persona mayor pasiva: cuenta con trabas en la vida que dificultan tener un envejecimiento activo.

Según la edad, también pueden realizarse distinciones, como “viejo joven”: gozan de una mejor salud y son más activos; “viejo de mediana edad” y “viejo-viejo”: asociado al tema de la dependencia. Otra última clasificación se elabora según la localización, distinguiendo entre las personas que viven en el ambiente rural, teniendo más dificultad y limitaciones a la hora de acceder a los servios y prestaciones sociales; y las personas mayores que viven en el ambiente urbano, quienes disponen de más recursos “teóricamente”.

Como ya nosotros tratamos en su día, este sector de población cuenta con una serie de problemáticas fundamentales (estereotipos, limitaciones físicas y psíquicas, jubilación), así como una serie de factores de riesgo (soledad, abandono familia, exclusión social asociada a las pensiones), que hacen de este colectivo otro hecho más de marginación social.

Respecto a la legislación vigente, se trató, como es obvio, los mismos marcos legales que nuestro grupo, pero encontramos nuevas aportaciones en cuento a los recursos institucionales en cuanto a los planes y programas.

Así pues, en el contexto estatal, se halla el “Plan de acción para personas mayores” junto con el “Plan gerontológico nacional”. En la perspectiva autonómica, se destacaron “PAIMA” y el “Plan Andaluz de Alzheimer”.

En cuanto a la aplicación práctica, tuvieron la misma idea que nosotros, y se acercaron a conocer un poco más a fondo el “Aula abierta” que se lleva a cabo desde la universidad Pablo de Olavide, pudiendo asistir a una localidad donde trabaja este organismo y conocer de primera mano como se realizan las clases y que metodología se lleva a cabo; comprobando con ello, la ganas de aprender que trasmiten las personas mayores, el esfuerzo que reflejan y la satisfacción de los profesionales ante tal grupo de enseñanzas.

También nos hablaron de “CONFEMAC”, una asociación que se encarga de fomentar las actividades para las personas mayores tras su jubilación, además de colaborar con la sociedad con su programa de voluntariado “Mayores solidarios”.

Para el tema de las buenas prácticas, nos propusieron una dinámica basada en la historia de una mujer mayor, Amparo, la cual acude a una entrevista para ingresar en un centro, acompañada de su hija, quien responde a las preguntas por ella. Ante tal situación, desconocen la opinión de Amparo y sus intereses antes de entrar en el centro. ¿Qué intervención se podría llevar a cabo con Amparo? Entre todos, decidimos que lo más conveniente sería realiza runa entrevista individual a Amparo, fomentando la confianza entre ella y el profesional, para que nos informara de su situación, sus necesidades e intereses, sus expectativas, etc., y no dejarnos llevar únicamente por lo que diga su hija.

Abordando el tema del perfil del educador social, como de nuevo se comprobó, no existe tal profesional, sino que se da la presencia de otros que desempeñan sus funciones (coordinador, formar y hacer de nexo entre la persona mayores y el centro o entidad), denominándolos coordinadores, monitores, o mediadores.

Para concluir, compartieron con nosotros un video final, donde se veían las diferentes concepciones que se tienen de las personas mayores (personas dependientes, tratados como niños, en contraposición a la imagen de que “nunca es tarde” para todo). De ello, se constata la idea de que las personas mayores son productivas más allá de la jubilación, se muestran activas y útiles para la sociedad, pero se precisa de la concienciación de este hecho en la población.




1 comentario:

  1. Tengo muchos problemas ahora en cuanto al estilo de letra que aparece en el blog, ¿sabe alguien como solucionarlo?

    Gracias!

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